Reclasificación docente y administrativa: hitos de la transformación de la UNL

Desde el 2008 y por falta de voluntad política, la Universidad Nacional de Loja (UNL) no implentó ningún mecanismo de carrera y escalafón del profesor universitario, a diferencia de las demás universidades que sí lo lograron.

Ahora, más de una década después, el camino a la recategorización docente está abierto. El primer paso fue la revalorización que consiste en “que nuestros docentes universitarios tengan salarios similares estandarizados”, explica Nikolay Aguirre, líder de esta transformación. En abril de 2021, 242 docentes titulares accedieron a la revalorización.

Al no existir un mecanismo ni la reglamentación necesaria, los docentes tenían diferente salario, bajo una misma denominación. Así, las diferencias iban de entre 1670 a 2000 dólares de remuneración para las mismas funciones.

“La revalorización se tenía que haber dado en 2012 y no se hizo. En este momento, todos los profesores titulares auxiliares de nivel 1 están en la misma remuneración. Ahora no hay discriminación, no hay inequidad, ahora hay justicia e igualdad”, explica el rector.

Para lograrlo, se elaboró el Reglamento de Carrera y Escalafón del Profesor e investigador de la UNL, como primer paso para consolidar la planta de profesores.

Lo que la Universidad busca es tener una planta docente pertinente, con los niveles de especialidad adecuados pero, sobre todo, que sea tratada con justicia y equidad, en donde sus derechos sean respetados y su voz escuchada para ser partícipes del desarrollo institucional.

La transformación ha dejado de lado aquellas prácticas que antes existían como el hecho de que si no estabas con el gobierno universitario, eras perseguido, te apuntaban con el dedo, ese era el común denominador, explica. “En en nuestro caso, no hemos hecho eso, hemos dado respeto al pensar diferente, trato con equidad, con democracia; vamos hacia un respeto integral de  derechos laborales,  derechos humanos, a su participación en democracia en la universidad; respeto a la libertad de pensamiento y todos son llamados a integrar este proceso”, así lo determina el rector.

Luego de la revalorización vino la recategorización. En julio de 2021, 102 docentes accedieron a la recategorización. En febrero de 2022, accedieron 12 docentes más, según información de Talento Humano de la UNL.

El proceso

En el año 2012 salió el Reglamento de Carrera y Escalafón del Consejo de Educación Superior, que obligó a las universidades a adecuar sus instrumentos. La UNL no lo hizo.

A partir del año 2018, se marca un antes y un después para el profesor universitario porque se valora sus méritos. En ese año, Aguirre asumió el Rectorado de la alma máter. “Una de mis primeras tareas pendientes era darle equidad y justicia al profesor que no se había hecho 10 años”.

En septiembre de 2018 se aprobó el Reglamento, con oposición de varios docentes, pese a ser el principal beneficio de este estamento que no se había logrado en una década. La aprobación se marcó con 0,75 votos de apoyo del sector estudiantil y que ahora beneficia a todos los docentes, sin distinción ni discriminación por su oposición o forma de pensar.

Para Aguirre, la oposición docente en el Órgano Colegiado Superior de ese entonces, obedecía más a un sectarismo por pertenecer al régimen anterior, antes que por un sentido de pertenencia y de visión universitaria, hito del que ahora los mismos docentes con voto en contra se benefician.

“Tenemos docentes revalorizados y reclasificados. Administrativos reclasificados. Todo esto no se ha vivido en años y hay que mencionarlo para que se comprenda la real dimensión de lo que ha logrado la transformación de la universidad”.

Nikolay Aguirre Rector

Reclasificación del personal administrativo

El 70% del personal administrativo ahora goza de mejores salarios, gracias a la reclasificación. Tuvieron que pasar 23 años para lograrlo de la mano de voluntad política para impulsar el bienestar del personal.

La tarea fue ardua. Existían una serie de denominaciones y puestos, explica el rector Nikolay Aguirre, con funciones iguales pero salarios diferentes. Por ejemplo, de 600 a 1700 para el mismo cargo.

Ahora, el personal administrativo tiene una identidad, por ejemplo, son especialistas, analistas, entre otros, saben lo que tienen que hacer y cuáles son sus funciones. Eso trae sentido de pertenencia y genera un mejor clima laboral.

“Hemos tratado de hacer justicia y equidad con todos, no todo el mundo va a estar contento pero al menos el 70% lo estará”.

El 70% del personal administrativo ahora goza de mejores salarios, gracias a la reclasificación.

El recorte presupuestario

Los logros evidenciados llegan incluso cuando el recorte presupuestario de casi tres millones de dólares, golpeó a la UNL. Sin embargo, no se bajó salarios ni se recortó la jornada laboral, mucho menos se despidió al personal, tal como pidió el Ministerio de Finanzas en su tiempo.

“Vinieron dos disposiciones del Ministerio en las cuales nosotros tuvimos una posición tajante, sobre todo de mi persona, porque no estábamos de acuerdo y no hicimos ninguna de las dos cosas. Nos llamaron la atención pero nos manteníamos firmes y estábamos dispuestos a acatar cualquier resolución en nuestra contra”, añade el rector.

La gestión institucional dio vuelta a ese mal momento que generó incertidumbre en el personal y continuó con la revalorización, reclasificación y se lo logró. En un año complejo en donde muchas personas perdieron sus trabajos, en la universidad hubo estabilidad e incremento salarial. Ese es otro hito de la transformación, y no será el último porque el proceso continua para bienestar de toda la comunidad universitaria.